Conocemos el turismo como un fenómeno social, cultural y económico que supone el desplazamiento de personas a países o lugares fuera de su entorno habitual por motivos personales, profesionales o de negocios. Pero ¿qué ocurre cuando le añadimos la palabra ‘sostenible’?
La Organización Mundial del Turismo (OMT) lo define como “el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.”
Si bien es cierto que a la mayoría de las personas les gusta viajar, no todas lo hacen de la misma manera. El turismo sostenible ha ido tomando valor entre aquellas personas que desean disfrutar sabiendo que sus actividades no dañan al entorno que les rodea. Además, entre sus objetivos están la conservación medioambiental y sociocultural de los destinos y un uso óptimo y controlado de los recursos.
El ‘ecoturista’ suele ser un viajero experimentado, sensibilizado con la naturaleza y, normalmente, con un alto poder adquisitivo. En cuanto a los jóvenes, la mayoría de ellos están dispuestos a pagar más por una experiencia sostenible.
Se trata de un modelo vacacional normalmente lleno de actividades de turismo activo (senderismo, escalada, observación de aves, etc.) en el que los participantes buscan sentirse parte de la naturaleza que les rodea.
El turismo sostenible se encuentra en pleno desarrollo y crecimiento, acompañado de una sociedad cada vez más concienciada con el medio ambiente. Mantenerse informado sobre las novedades y las nuevas tendencias será fundamental para adaptarnos a un futuro no tan lejano.