¡Hola GreenTravelers! Como os adelantamos ayer, hoy hablamos de dos destinos clave en los Picos de Europa: Potes y Fuente Dé. Muy cerquita de el límite con Asturias, estos pequeños municipios son la esencia de cualquier visita al Parque Nacional en su parte cántabra.

Por un lado tenemos Potes, un pequeño y pintoresco municipio enmarcado por la unión de los ríos Deva y Quiviesa. Sus calles y casas de piedra le dan el aspecto de pueblo tradicional cántabro, amenizado por el sonido del agua, pero a su vez también como un destino turístico: tiendas de souvenirs, hoteles, apartamentos turísticos, museos muy particulares y todos los servicios necesarios para completar nuestro paso por allí.
Se trata de un lugar muy visitado en verano, pero al que también se puede viajar en invierno, cuando los Picos nevados ocupan el fondo de la imagen día tras día. Eso sí, bien abrigados, sobre todo para subir a ellos desde Fuente Dé.
En cuanto al alojamiento, hay que ser precavidos y reservar con antelación. Nosotros nos decantamos por los apartamentos El Nial, con unas ventanas mirando directamente al río Quiviesa. Para comer o cenar recomendamos El Cenador del Capitán (no es el más barato precisamente, pero merece la pena la calidad de su comida y la amabilidad de su personal, además de su propia estética).
Y después de este breve resumen de Potes, nos vamos a Fuente Dé, hogar del famoso teleférico que te lleva hacia las nubes para ver los Picos de Europa desde arriba. pero antes, no podemos no hacer mención a los pequeños pueblos que hay entre ambos destinos: Espinama o Camaleño son dos opciones para alojarse si buscamos aún más de tranquilidad; Mogrovejo, desviando un poco nuestro camino, nos enseñará las calles por las que se rodaron películas de Heidi; por último, Santo Toribio de Liébana, un monasterio que alberga un fragmento del Lignum Crucis que no te puedes perder.

Y ahora sí, Fuente Dé. Este municipio cántabro a penas tiene habitantes, pero acoge al famoso teleférico que todos visitan si están en la zona.
Está a unos 30 minutos de Potes, en coche, por una carretera de montaña que a veces te dejará sin aliento. Recorriendo entre las rocas de las montañas cántabras llegas al pueblo, donde verás: un Parador, un hotel, una amplia zona de aparcamiento y el teleférico con todas sus instalaciones (tienda, venta de tickets, cafetería…).
La venta de esos tickets suele ser casi contra reloj dada la gran afluencia de gente, así que os recomendamos que los compréis con antelación en su web (o bien, que vayáis bien pronto por la mañana).
Una vez arriba, tenéis otra cafetería, un mirador de vértigo y mucho espacio por el que pasear. Además, en invierno y con nieve, puedes alquilar un trineo y divertirte descendiendo bajadas sepultadas de blanco.
La verdad es que nos pasaríamos horas hablando del norte de España y de sus maravillas, pero nos lo reservamos para más posts. De momento, os dejamos con algunas imágenes de nuestras visitas a la zona. ¡Hasta la próxima!
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